El psiquiatra austríaco Viktor Frankl dijo que “la vida exige a todo individuo una contribución y depende de éste descubrir en qué consiste”.
Consolarnos y resignarnos al simple hecho de que nacemos y tenemos que morir, no tiene sentido porque lleva a doblegarse ante las dificultades.
Nuestro aporte habrá siempre de ir en la dirección de que sea útil, aunque sea algo mínimo. Frío e insípido es el consuelo cuando no va acompañando de un buen remedio.