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Bobby McFerrin, cantante y director de orquesta estadounidense, popularizó en el año 1988 la frase “no te preocupes, sé feliz”.
Y desde entonces ha habido muchas canciones de felicidad, pero la interpretación ganadora del Grammy de este extraordinario jazzista ha tenido el mayor poder de permanencia, porque es simple y directa; llega hasta el corazón de las personas en aquellos momentos en que la tristeza procura cerrarle el paso a la felicidad.
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