“Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo no procuran la transmisión de esos conocimientos”, refirió el escritor español Miguel de Unamuno.
Guardarse lo que se sabe es una señal de ignorancia prejuiciada, que solo conduce a la mentira.
La ignorancia y el prejuicio están más cerca de la avaricia espiritual que de la verdad, lo cual colide con el mundo de lo verdadero.