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El estadounidense Martin Luther King, defensor de los derechos humanos, dijo que “si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”.
Hay que confiar siempre porque hasta cuando todo parece terminado, surgen vestigios de esperanza. Observemos que la desesperanza se fundamenta en lo que sabemos, que es prácticamente nada, y la esperanza, que por el contrario, en lo que ignoramos; que representa el todo.