El sociólogo y filósofo británico Herbert Spencer afirmó que “educar es formar a personas para gobernarse a sí mismas, y no para ser gobernadas”.
La buena educación representa la palanca que impulsa la liberación humana y constituye una fuente que ilumina la comprensión de que el ejercicio de la dominación material apareja, inevitablemente, para el mismo que la práctica, una especie de esclavitud menos impactante.