“Si das pescado a un hombre hambriento, le nutres durante una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda la vida”, dijo el filósofo chino Lao Tsé.
El hombre y la mujer no nacieron para vivir de limosnas, sino del trabajo productivo. Veamos un ejemplo: mientras la pereza hace que todo sea difícil, el trabajo lo vuelve fácil.