“Primero llegaron por los comunistas, y no hablé porque no era comunista; después vinieron por los judíos, y no hablé porque no era judío; después vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era uno de ellos, después vinieron por los católicos, y no hablé porque yo era protestante; después vinieron por mí, y para entonces no había quedado nadie que hablara”, recitó en un poema Martin Niemöller, pastor y teólogo luterano alemán.
Aunque se han publicado versiones distintas con el tiempo, su esencia ha sido un látigo contra los cobardes que se escurren miserablemente.