El evangelista San Marcos, primer obispo de Alejandría, afirmó: “Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.
Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer”.
Parecería que fue escrito para el mundo de hoy cuando, fundamentalmente por intereses económicos, étnicos o creencias religiosas y políticas, la gente se divide.
Lo recomendable es mantenerse en unidad; en ella reside la verdadera fortaleza.