“No temas ni a la prisión, ni a la pobreza, ni a la muerte.
Teme al miedo”, dijo el poeta italiano Giacomo Leopardi. La generalidad de las personas siente temor, una perturbación del estado de ánimo ante un riesgo o daño real o inexistente, que resulta difícil de controlarlo.
Aún a sabiendas de esa realidad, hay que hacer el esfuerzo de controlarlo, ya que el mismo es capaz de paralizar a las personas y volverlas inútiles.