Vespasiano, uno de los doce césares del Imperio Romano, sentenció: “Un emperador debe morir de pie”.
Esta expresión alude al coraje y a la dedicación que debe asumir todo el que se compromete con una función pública, a la que se va a servir y no a servirse, como suele suceder en muchas sociedades del mundo.
El buen servidor del Estado siempre habrá de estar “de pie ante la Patria”, y Dios y su pueblo, le darán la debida recompensa.