Bías de Priene, uno de los siete sabios de Grecia, sostuvo que “desear lo imposible y ser insensible a los males ajenos: he ahí las dos grandes enfermedades del espíritu”.
En un mundo en el que la hipocresía tiene primacía, resulta de rutina que los insensibles no entiendan a las personas buenas, creyéndose triunfadores, por el materialismo que exhiben.
Actuemos con bondad para que no que nunca enferme nuestro espíritu.