El científico español Oscar Marín dijo que “el envejecimiento es la pérdida de la capacidad de aprender”. Aunque eso sea cierto, en el ámbito científico, perfectamente se puede compensar, e incluso superar, mediante la puesta en práctica de la experiencia acumulada.
Ciertamente que en la escuela de la experiencia, las lecciones cuestan caras, pero solamente en ella se corrige a los insensatos que creen saberlo todo en la juventud.