El filósofo y matemático francés René Descartes dijo: “Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás”.
Y que mejor manera de ver la vida que desde la óptica de la filosofía porque esa disciplina, aunque no puede librar a los hombres del dolor, permite ayudarlos a que renazca en ellos el valor para soportarlo, por intenso que este sea.