“La salud de nuestro cuerpo las gastamos al por mayor; mas una vez perdida, la compramos al detalle”, dijo el músico español Albert Llanas.
El problema radica en que actuamos muchas veces desenfrenadamente y como enajenados en una constante aventura, sin darnos cuenta de que dañamos nuestra salud física y mental.
El freno debe estar en el reconocimiento de que la aventura podrá ser loca, pero el aventurero tendrá que estar cuerdo.