“Así se muere la gente, tan sencillamente como respirar; así se queda la vida, como una partida a medio jugar.
Así toda la alegría se pierde en un día, se oscurece así el sol que nos alumbra, la voz que te hablaba se interrumpe; así se marcha la gente”, recitó el poeta dominicano René del Risco Bermúdez.
En palabras del propio poeta, la muerte nos iguala a todos en un viaje en el que perdemos la ropa, todas las puertas y llaves, en un mundo infinito en el que ni siquiera las apuestas valen.