El empresario estadounidense Henry Ford afirmó que “cuando pensamos que el día de mañana nunca llegará, ya se ha convertido en el ayer”.
Parece una afirmación incomprensible, pero no lo es; se trata de una invitación a ser visionarios en vista de que el verdadero valor de las cosas radica en adelantarse a los peligros y despreciarlos, siempre que lleguen a hacerse inevitables.