“Hay que ser zorro para conocer las trampas y león para espantar a los lobos”, observó Nicolás Maquiavelo, diplomático y filósofo italiano.
Esa frase es producto de la reflexión de un hombre que conoció a profundidad las interioridades del poder político no sólo en su Italia, sino también en toda Europa.
En la política hay zorros y lobos, por lo que se deben establecer las diferencias de lugar, a sabiendas de que todos los hombres están hechos del mismo barro, pero no de igual molde.