La novelista británica Jane Austen sostuvo que “la mitad del mundo no puede comprender los placeres de la otra mitad”.
En términos filosóficos, uno de los grandes problemas de la humanidad consiste en la incomprensión de la gente; se vive sin sentir la vida.
Por lo anterior, la incomprensión, más que la imposibilidad de comprender, constituye la negativa de sentir que la condición de humanos nos hace hermanos.