La escritora francesa Julie Lespinasse sostuvo que “la mujer que hace un mérito de su belleza, declara por sí misma que no tiene otro mayor”.
En este caso se refiere a la belleza física, pero existe otra de mayor valor, que es la interior, que sí hay que potencializarla, la cual, como la palabra bien empleada; inmortaliza el alma.
Hay actitudes que suben como el humo y contaminan la atmósfera y, otras, que al igual que la lluvia, caen y fertilizan la tierra.