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“El pensar bien no le interesa solamente a los filósofos, sino también a las personas más sencillas”, comentó el sacerdote español Jaime Luciano Balmes.
Se impone aprender a vivir en sencillez porque en ella reside la verdadera grandeza.
Miremos en mundo así: hay personas que nos hablan y ni las escuchamos; otras, nos hieren y no dejan siquiera cicatrices, pero también las hay que simplemente aparecen en nuestras vidas y nos marcan para siempre.