El teólogo español Juan Eusebio Nieremberg afirmó: “Lo que no quieras que no sepan muchos, no lo digas a nadie”. Las personas audaces nunca se hacen esclavas de lo que dicen, por lo que el silencio representa para ellas una poderosa arma defensiva en cualquier circunstancia.
Se requerirá, entonces, poner un grado de audacia en todo cuanto hacemos, pero especialmente en lo que no debemos decir.