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“El dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparza”, advirtió en una ocasión Francis Bacon, estadista y filósofo británico.
Los gobiernos manejan el dinero con astucia, pero no siempre con inteligencia para beneficiar a los pueblos.
Y no hay cosa que haga más daño a una nación como el que la gente astuta que detente el poder, pase por inteligente.