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El poeta, prosista y clérigo inglés JhonDonne refirió en una ocasión: “Pueden amar los pobres, los locos y hasta los falsos, pero no los hombres ocupados”.
Nada es más importante en la vida que el amor, lo único que puede romper con la soledad, que es, y siempre ha sido; la experiencia central e inevitable de todo ser humano.
A los permanentemente ocupados hay que recordarles el consejo del sabio Rey Salomón: “debajo del cielo hay tiempo para todo”.