Charles Augustín Sainte-Beuve, literato francés, dijo que “hay pocos animales más temibles que un hombre comunicativo que no tiene nada que comunicar”.
Una persona inteligente establece una comunicación efectiva, recurriendo a mensajes claves que sean creíbles y confiables; hay que hablar como en testamento, que a menos palabras, más lejos se estará de los pleitos.
No somos otra cosa que lo que comunicamos.