“Dime qué lees y te diré quién eres”, proclamó el poeta y dramaturgo español Federico García Lorca. La buena lectura, como la que generalmente se encuentra en los libros clásicos, nos conduce a nuevas dimensiones del conocimiento; habla de cosas que están más allá del presente efímero, y abre otros horizontes y ofrece ideas sobre el mundo que van mucho más allá de lo actual y cotidiano.
Y lo más importante: nos hacen críticos, escépticos y más imaginativos.