El filósofo español Miguel de Unamuno observó que “existe gente que está tan llena de sentido común que no le queda el más pequeño rincón para el sentido propio”.
Esta gente se coloca, equivocadamente, por encima del bien y el mal, quitando el verdadero sentido de la vida.
La práctica enseña que no se puede dar marcha atrás y que la esencia de la vida es ir hacia adelante, porque representa una calle de sentido único.