El poeta puertorriqueño José de Diego afirmó: “Quien busca la belleza en la verdad es un pensador, quien busca la verdad en la belleza, es un artista”.
Ir cotidianamente tras la verdad resulta enaltecedor, porque se trata de la más sublime de las virtudes. Sin duda, ella resulta como una antorcha que brilla entre las tinieblas, sin disiparlas.