“La dignidad comienza donde la jactancia acaba”, dijo el poeta inglés Edward Young. Estamos ante la invitación a actuar con humildad, pero sobre la base del respeto a la persona humana.
Un hombre o una mujer digna ama su trabajo y se comporta correctamente por encima de todo, preocupando por convertirse en ejemplo que brille como el sol radiante de primavera.