Pietro Aretino, poeta, escritor y dramaturgo italiano, dijo que “donde hay celos no hay amor”.
Esta frase representa una lección para cualquier sociedad, porque los celos están a la orden del día, llegando, incluso, a lo peor: la muerte.
Estar celoso es colocarse en la máxima expresión del egoísmo, colocar el amor propio en defecto y promover la exaltación de una falsa vanidad.