El ensayista y pensador ecuatoriano Juan Montalvo sostuvo que “quien bien quiere, bien obedece”.
La obediencia ayuda a la construcción de una vida armoniosa en sociedad, sin que se confunda con la sumisión.
Mientras que su aliada, la disciplina, le representa una herramienta eficaz en vista de que ella conduce a los humanos a realizar los anhelos más profundos de sus corazones.