Phil Bosmans, sacerdote católico de nacionalidad belga, afirmó que “la vida se vuelve una fiesta cuando sabes disfrutar de las cosas normales cada día”.
Reconocer y potenciar esfuerzos, cualidades y valores resulta más efectivo y positivo que pasarse todo el tiempo señalando fallos, debilidades y defectos en otros, y que son comunes en nosotros mismos.