Una profunda reflexión en este periodo de Navidad y Año Nuevo

Una profunda reflexión en este periodo de Navidad y Año Nuevo

Una profunda reflexión en este periodo de Navidad y Año Nuevo

Bienvenido Carmona

Al llegar un 2020 que presenta unos nubarrones que ponen a uno a pensar que será convulso, por culpa, principalmente de la política, les voy a repetir esta columna publicada un día como hoy el año pasado: “No, no te voy a desear feliz Navidad ni feliz Año Nuevo.

Yo te deseo coraje para decir basta, te deseo que olvides a quien se olvidó de ti; te deseo que puedas cerrar puertas y abrir ventanas; te deseo que no te conformes, que no te quedes con la culpa; te deseo que te atrevas; y te deseo que te quieras; te deseo ojeras y risas; te deseo locura y magia.

También te deseo errores para aprender; te deseo viento para dejarte llevar, te deseo chispas en la mirada, colores para los días grises, paraguas para las malas tormentas y lluvia para calarte; te deseo ‘te echo de menos’; te deseo abrazos de los que duran toda la vida cuando cierras los ojos; te deseo viajes y nuevos recuerdos y te deseo huracanes de emociones que te hagan sentir.

Por igual te deseo que te quieran sin que te necesiten; te deseo una nueva canción favorita y una nueva fecha que te haga sonreír; te deseo besos bonitos, brindis con los labios y te deseo ganas… las de seguir. Yo quiero un año con las luces apagadas, pero con el corazón encendido.

Un año con las personas menos iluminadas hacia fuera y más brillantes dentro. Un año con menos regalos, pero con más abrazos, más emociones, más valores. Aprende a ver con el corazón, porque lo esencial es invisible a los ojos.



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