Si usted naciera de nuevo, con la facultad de escoger a qué actividad, profesión u oficio dedicarse, ¿qué respondería?
He formulado esa pregunta a varios amigos, obteniendo las más diversas respuestas. Una de las más repetidas ha sido: “Quisiera ser exactamente lo mismo que he sido hasta ahora”. Con todo respeto, me parece una respuesta evasiva.
Otros han respondido que quisieran ser artistas de cine, científicos de laboratorio, viajeros alrededor del mundo, políticos, filántropos…
De repente me llegó la hora de hacerme la pregunta a mí mismo y mi respuesta fue, y sigue siendo: “astrónomo”, con la pretensión de poder adentrarme hasta donde sea posible en los misterios de la Creación.
Aquí, en este microscópico granito de polvo que es nuestro planeta en el medio de la inmensidad, busco infructuosamente la verdad. A veces creo que la he encontrado, pero prontamente me doy cuenta de mis limitaciones y me conformo con volver a la realidad e imaginar prudentemente cosas dentro de los estrechos límites de lo probable.
En otras palabras, regreso al punto de origen, abandono la pretensión de querer descifrar los misterios del universo y la Creación, y acepto sumiso que nunca seré un astrónomo y que no develaré ningún enigma para llegar al fondo de las cosas.
Y usted, ¿qué querría ser si volviera a nacer?
