Azuzar odios entre dos pueblos y dos naciones que han convivido pacíficamente por más de cien años, jugando con la inteligencia de todo un pueblo al que pretenden inculcar un falso patriotismo, es una de las políticas más infames que gobierno alguno haya desarrollado en nuestro país. Y peor aún, retorcer burdamente las expresiones de personalidades internacionales, sin tomar en consideración el desprestigio y al ridículo a que exponen el país en la arena internacional, son políticas reprobables que merecen el repudio más severo de la opinión pública nacional.
Con esas políticas de impredecibles consecuencias, el gobierno pretende distraer la atención de los principales temas de la agenda nacional y concentrar la opinión pública en un tema único migratorio que al final de cuentas favorece la reelección y la permanencia del PLD en el poder.
El tema migratorio con toda su parafernalia lo que pretende es posicionar al PLD en la cúspide de la opinión para fines reeleccionistas. El tema es una bola de humo, pues el gobierno no tiene el más mínimo interés en solucionar la cuestión migratoria.
Si el gobierno estuviera interesado en resolver el problema migratorio la primera medida que tomaría seria erradicar las bandas mafiosas que operan en la frontera, responsables del trasiego masivo de indocumentados a nuestro país, las cuales manejan esos “negocios” que convierten en millonarios a los cabecillas de estos grupos gansteriles que actúan impunemente.
La repatriación es un negocio redondo para esas mafias que aumentan sus ganancias con el retorno masivo de indocumentados, lo que significa que las voces que promueven todo tipo de ideas agoreras sobre el tema migratorio benefician en el fondo a esas gavillas que actúan en colusión con funcionarios.