Una partida inesperada

Una partida inesperada

Una partida inesperada

Renaldo Bodden

Cuando Ronald me informó sobre la muerte de Oscar Taveras le dije que a Carlos Beltrán tenían una semana matándolo.
Creía que se trataba del mal uso que desaprensivos le dan a las redes sociales.

El shock fue colectivo en el palco de prensa del Quisqueya cuando todo se confirmó.

El potencial ofensivo de Taveras era indudable y estaba llamado a ser el jardinero derecho de los Cardenales ¡ya! Firmado en 2008 por 145 mil dólares y escogido como primer pick en 2011 por las Águilas, jugaría aquí porque la gerencia sanluisiana quería que trabajara la defensa y su cuerpo.

En las menores bateó .320 (1676-536) y en las mayores .239 (234-56), debutó (dominicano 611) dando jonrón en su segundo turno ante el venezolano Yusmeiro Petit, el mismo que tiene 3-0, 0.00 en la postemporada.

También jonroneó en el segundo juego de la serie divisional y se hizo el último out de los Cardenales en la pasada postemporada. ¿Quién diría que sería su último turno?

Su muerte y la de su compañera son lamentables, mientras el mundo del béisbol se queda con la gran interrogante de hasta dónde llegaría el potencial de un bate que repartió líneas por dondequiera que pasó. ¡Qué sirva de reflexión!



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