Una oración en forma de alegoría

Una oración en forma de alegoría

Una oración en forma de alegoría

Dr. Rafael Molina Morillo, director de El Día.

Hola, Dios! ¿Cómo estás?… Te escribo para saludarte y porque ahora sí tengo que surtirme, pues la “canasta básica” con que me mandaste al mundo se me ha ido agotando a lo largo de estos años…

Por ejemplo, la paciencia se me acabó por completo, igual que la prudencia y la tolerancia. Ya me quedan poquitas esperanzas, y el frasquito de fe está también vacío. La imaginación también está escaseando en estos momentos. También debes saber que hay cosas de la canasta que ya no necesito, como la dependencia y esa facilidad para hacer berrinches, que tantos corajes y problemas me han ocasionado.

Así que quisiera pedirte nuevos productos para la canasta…

Para empezar, me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia y tolerancia (pero hasta el tope), y mándame por favor el curso intensivo “Cómo ser más prudente”, volúmenes 1, 2 y 3.

Envíame también varias bolsas grandes, pero “bolsas grandes”, de madurez, que tanta falta me hace. También quisiera un costal de sonrisas, de esas que alegran el día a cualquiera.

Te pido que me mandes dos piedras grandes y pesadas para atarlas a mis pies y tenerlos siempre sobre la tierra. Si tienes por ahí guardada una brújula para orientarme y tomar el camino correcto, te lo agradecería mucho. Regálame imaginación otra vez; pero no demasiada, porque debo confesar que en algunas ocasiones tomé grandes cantidades y me empaché. Nuevas ilusiones y una doble ración de fe y esperanza también me caería excelente. Te pido también una paleta de colores para pintar mi vida cuando la vea gris y oscura. Me sería muy útil un bote de basura para tirar todo lo que me hace daño.

Por favor, mándame un tarrito de Isodine y una cajita de curitas para sanar mi corazón, porque últimamente ha tropezado bastante y tiene muchos raspones. Te pido una memoria USB, porque tengo el cerebro lleno de información y necesito espacio para guardar más.

Te pido muchas zanahorias, para tener buena vista y no dejar pasar las oportunidades por no verlas. Necesito también un reloj grande, muy grande, para que cada vez que lo vea me recuerde que el tiempo corre y no debo desperdiciarlo.

Podrías mandarme muchísima fuerza y seguridad en mí mismo, sé que voy a necesitarlas para soportar los tiempos difíciles y para levantarme cuando caiga. También quisiera un tarro de pastillas de las que hacen que crezca la fuerza de voluntad y el empeño, para que me vaya bien en la vida y te pido unas tres o cuatro toneladas de “ganas de vivir”, para cumplir mis sueños.

Necesito también un bolígrafo con mucha tinta, para escribir todos mis logros y mis fracasos.

Pero más que nada, te pido que me des mucha vida, para lograr todo lo que tengo en mente y para que el día que me vaya contigo, tenga algo que llevarte y veas que no desperdicié el tiempo aquí en la Tierra. Te agradezco lo que me puedas mandar y te agradezco el doble, todo lo que me mandaste la primera vez. Amén.
Alabado seas Santísimo Señor. Amén…..



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