Una mujer en la arqueología dominicana

Una mujer en la arqueología dominicana

Una mujer en la arqueología dominicana

La doctora Alexa Voss, de nacionalidad franco-alemana, nacida en Fráncfort del Meno, está enseñando recientemente arqueología antillana y dominicana en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

La pasión por la arqueología ha merecido nuestra atención, y le he pedido esta inesperada entrevista.

Su mundo interior está sintetizado en el estudio de las principales excavaciones en nuestra ínsula. Habla de los más portentosos arqueólogos dominicanos, a los que tenemos que agradecerle estos estudios, están: Émile Boyrie de Moya –pionero entre todos ellos–, Fernando Morbán Laucer, Manuel de Js. Mañón Arredondo, Luis A. Chanlatte Baik, Marcio Veloz Maggiolo y Elpidio Ortega Álvarez, con una firmeza meridiana.

En el primer semestre de 2017 me encontré con Voss, una arqueóloga graduada de la universidad de Hamburgo (Alemania), en arqueología americana. Inició sus estudios sobre las culturas andinas y mesoamericanas, especializándose luego en las culturas antillanas.

Después de haber trabajado varios años en Cuba, ha estado desarrollando desde unos 10 años proyectos de investigación en la Hispaniola.

Aparte de sus labores en nuestra República Dominicana, con el Museo del Hombre Dominicano y algunos museos privados, como el Museo Taíno César Estrella Bruzzo de Guananico, en Puerto Plata, ella ayuda a crear una conciencia sobre la riqueza del patrimonio arqueológico que existe en nuestro país y la utilidad que tiene la arqueología para las otras ciencias, por medio de cursos y diplomados impartidos en la UASD.

“Emprender el análisis de todos los restos arqueológicos presentes en el país representa una tarea titánica y se necesitan muchos brazos, conocimientos y entrega. Hace falta formar jóvenes para que puedan ayudar a los arqueólogos que están trabajando en la actualidad y constituirse en un relevo para los ya fallecidos” es, al parecer, su consigna.

La arqueología dominicana es una ciencia poco conocida en nuestro país, e igualmente, el aporte que nos ofrece en muchas otras ramas, como la historia, el turismo, la ciencia forense, etc.

Según nos comentó, hace unos años jugó su papel de Organización y Curación de la exposición “Raíces Ancestrales y Alas” en la embajada francesa de Santo Domingo.

Esta exposición mostraba piezas arqueológicas de colecciones privadas y del Museo del Hombre Dominicano, así como una muestra de artesanía calificada de neotaína, de acuerdo al concepto creado en República Dominicana.

Los motivos de reconocerle tanta pasión por la arqueología no son sentimentales, ni siquiera el agrado de haber sido uno de sus alumnos privilegiados, sino que al momento persiste el tema de por qué no hay una Escuela de Arqueología en el país.



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