Una mayoría dormida

Una mayoría dormida

Una mayoría dormida

Glenis E. Féliz

Es preocupante la indiferencia de la mayoría. Los ciudadanos parecen estar dormidos como si vivieran inhabilitados sin actitud frente a los problemas políticos, sociales y económicos que afectan en el día a día a todos los dominicanos y las dominicanas.
Una mayoría aletargada, es la que tenemos. ¿Puede esta dejadez dar lugar a que dirigentes aprovechados menosprecien la capacidad de reacción de nuestra gente? Quien piense así se equivoca, la historia ha demostrado que este es un pueblo inteligente que sabe reaccionar de manera oportuna y cobrar facturas.
La calma y la paciencia pueden ser tan tensas como la tormenta. No podemos jugar a la distracción colectiva porque la reacción de las masas son tan impredecibles como las crecidas de los ríos que, nadie puede vaticinar de manera absoluta la dimensión de su desborde, los cambios de causes son mas descontrolados que una guagua sin freno. El pueblo reacciona por motivos intrínsecos, en determinados momentos y no por imposición de otros.
Los fenómenos mediáticos que surgen de un lugar a otro abarcando el territorio nacional y saturan la televisión, la prensa escrita y las redes sociales pueden no ser tan espontáneos. Siempre habrá personas y grupos jugando a la pesca en río revuelto.
Los problemas no se almacenan porque se vuelven explosivos. La dirigencia política es la que menos debe distraerse y atender su cartón, se requiere tener sentido de pertinencia y ser audaz para adecuarse a los nuevos escenarios sin dejarse atrapar en la telaraña de la coyuntura, pues la moda no siempre es buena.
A veces me pregunto cómo y por qué la mayoría de la gente pone sus sentidos a funcionar en la forma en que una maquinaria invisible se le antoja, la actividad creativa alienante de ciertos fenómenos, llámese música, capo, zagas, cine, sexo y otras cuestiones tienen a alguien que piensa detrás.
Hasta este punto no hay problema, lo grave está en que la mayoría se deja llevar, el cúmulo de información chatarra, que no sirve para nada, lleva a la perdida de perspectiva y del sentido de integración a la política social, económica, en esas condiciones la mayoría no va a adquirir la formación que se requiere para empoderarse, garantizar que se les escuche y que se apliquen las políticas públicas necesarias en beneficio de todos y todas.
Lo siento no tengo respuesta absolutas pero si muchas interrogantes, despertemos ahora conscientes ó, el día menos pensado otro nos hará despertar. Este es el momento de responder en que estamos y en que hemos fallado?
Somos la mayoría, actuemos coherente como tal, una maquinaria que no se desvía de su foco y que se concentra en sus quehaceres, como buenos ciudadanos y ciudadanas consagrados a su labor, educados para educar, formados para formar los hombres y mujeres de hoy y del mañana.
Se requiere estar despiertos y atentos a las medidas que toman los que en sus manos concentran el poder, y no olvidar que el conocimiento es el único medio que le dará el derecho no solo a la palabra, le hará merecedor de alzar su voz y su bandera para reclamar en democracia los derechos constitucionales de igualdad y que esta sea efectiva y real.
Pues no será posible un avance social y económico con una mayoría dormida, aunque el deseo de un pequeño grupo sea el de fungir como protector y padrinos de todos y todas. Jamás fue tan necesario ser juicioso, reflexivo y selectivo como en la era de la información. Trabajemos por un mejor presente y habrá patria para las futuras generaciones.
No juegue a ser cordero manso, pues terminará en la cazuela de políticos rapaces, busquemos alternativas, cada vida es un proyecto a construir, unidos hacemos patria. Asegure que mañana pueda sentir orgullo de lo que hoy junto a la mayoría pudo lograr y recuerde, para alcanzar metas el primer requisito es, estar vivo, luego despierto, atento, realizar las tareas necesarias, tener la capacidad de generar dudas razonables, cuestionar y buscar respuesta.



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