El 7 de enero de cada año se conmemora en República Dominicana el «Día del Poder Judicial», y justamente ese día un grupo de compañeros del FALPO decidimos realizar una protesta diferente, que contenía en sí un mensaje de fondo sobre la necesidad de limpiar la justicia en nuestro país. Bautizamos dicha protesta como Operación Perfume, pues entendíamos que, ante tanta pestilencia, era necesario aromatizar irónicamente el olor nauseabundo que emitía dicho edificio.
Nos presentamos al centro de los héroes y ya frente a las instalaciones que alberga la Procuraduría General de la República (PGR) y a la Suprema Corte de Justicia (SCJ) procedimos a lanzar las bolsas donde debían estar.
Lo hicimos porque que en nuestro querido país ya las palabras no parecen conmover y decidimos que los hechos suplantaran la palabra. Fuimos y ejecutamos una acción de protesta cívica y ciudadana.
Nos inspiramos también en el hecho de que esta justicia se ha convertido justamente en eso, una justicia de mierda, que promueve la corrupción y la impunidad, que a los pobres que delinquen o protestan le aplica mano de plomo y le deja caer todo el peso de la ley, mientras a la clase política gobernante corrupta y corruptora la toca ligeramente con guantes de seda para no herir su epidermis.
Nosotros realizamos dicha protesta como una acción simbólica para llamar la atención del pueblo dominicano sobre el estado de gravedad en que se encuentra nuestra justicia. Si bien es cierto que la justicia en el país es una mierda, no es menos cierto que hay jueces y juezas que aún tienen dignidad, son probos y vienen agotando el procedimiento correcto para escalar, que es el reglamento de la carrera judicial. Además, no tienen compromisos con todo este estercolero pestilente que emana desde la justicia dominicana. Vayan a esos jueces y juezas nuestro respaldo y consideraciones, y los incentivamos para que continúen desarrollando su carrera con apego a la ética y a la decencia que debe conllevar el ejercicio de la administración de justicia en cualquier parte del mundo.
En nuestra estadía en la prisión del palacio de justicia de ciudad nueva, conocimos casos de personas presas por drogas que no conocen la droga; reos retenidos porque no pueden pagar una fianza de 2 mil, 3 mil o 4 mil pesos; detenidos que cumplieron su sentencia y luego de meses y años siguen presos. Es una justicia resuelta y muy diligente a funcionar muy bien con los de abajo, los descamisados. Pero renuente a cumplir su rol cuando se trata de los de arriba o cuando el imputado es “Don Fulano”.
Acaso no fue la SCJ que dio un No Ha Lugar en la investigación que realizó contra Félix Bautista, y decidió archivar el expediente de Víctor Díaz Rúa?, y la PGR dirigida por Francisco Domínguez Brito se hace cómplice del robo cuando no apeló las decisiones, y hoy el senador de la provincia San Juan y ex ministro de Obras Públicas son «honorables», libres y con sus riquezas ya limpias.
Es probable que para algunas personas haya sido una protesta mal vista, una protesta fuerte, una manifestación pestilente, pero qué más pestilente que la corrupción y la impunidad, que nos roba los sueños y la esperanza de toda la Nación, o ¿Hay algo que dé más asco que los casos de corrupción e impunidad en OISOE, Bahía de las Águilas, Sund Land, La OMSA, CORDE, El barrio de los Tres Brazos, Odebrecht en sus tres componentes, sobornos, sobrevaluación de obras y financiación de campañas y Punta Catalina?.
Por estos casos y muchísimos más decimos y mantenemos que esta es una Justicia de Mierda.
