“Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”. ¡Sabia sentencia, atribuida al filósofo romano Cicerón!
¿Es el pueblo dominicano uno de esos? Parece que sí, a juzgar por el ejemplo que pongo a continuación:
Partiendo del hecho de que la bibliografía histórica dominicana ha producido muchas obras individuales, pero ninguna es completa y ceñida al rigor científico que reclaman los tiempos y las tecnologías de nuestra época, la Academia Dominicana de la Historia concibió en 2002 el proyecto de una Historia General del Pueblo Dominicano, con la participación de sesenta acreditados historiadores del país.
El proyecto se convirtió en realidad seis años después, cuando el presidente Leonel Fernández se comprometió a financiar la obra, bajo la coordinación del director del Archivo General de la Nación, doctor Roberto Cassá.
Se acordó preparar seis tomos, desde los aborígenes hasta nuestros días, pero hasta el día de hoy solo se han terminado y publicado los tomos primero y quinto, sin que se conozca por qué se ha retrasado la terminación de los demás.
Para que la frase de Cicerón no se nos aplique y para no tener que repetir los traspiés que hemos dado como pueblo en el pasado, ¡por favor!, terminemos esa magna obra de una vez por todas, o que se explique por qué se ha detenido un impulso tan hermoso y necesario.