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Una doula ejerce un rol emocional, informativo y profundamente humano

Erika Rodríguez Por Erika Rodríguez
Leiko
📷 Leiko Hidaka, doula de nacimiento. Fuente externa

Dar la bienvenida a un niño va mucho más allá de la presencia física en el parto. Crea un ambiente físico y emocional que favorece la tranquilidad y la intimidad

Santo Domingo. – “El papel de una doula al dar la bienvenida a un niño va mucho más allá de la presencia física en el parto: su rol es emocional, informativo y profundamente humano. Su principal misión es sostener a la madre y a veces también a su pareja o familia, en un momento de gran intensidad y transformación. Acompaña con presencia, escucha y respeto”.

Así lo afirma la doula de nacimiento Leiko Hidaka, al destacar que la doula crea un ambiente físico y emocional que favorece la tranquilidad, la intimidad y el vínculo temprano con el bebé.

Protege el momento sagrado del nacimiento, fomenta el contacto piel con piel, apoya el inicio de la lactancia o la forma de alimentación elegida, y valida las emociones intensas que puedan surgir.

Agrega: “Con presencia respetuosa y amorosa, acompaña tanto a la madre como al bebé, cuidando que la llegada al mundo sea vivida como un acto sagrado y profundamente humano”.

Al explicar su rol durante el embarazo refiere que una doula acompaña emocionalmente a la mujer, le brinda información basada en evidencia y la ayuda a prepararse física y mentalmente para el parto.

También colabora en la elaboración del plan de parto y la facilitación de la comunicación entre madre y obstetra, además de apoyar a la pareja o acompañante si lo hay.

Su rol es estar presente, escuchar y sostener, creando un ambiente de confianza y seguridad antes del nacimiento.

Sobre la diferencia entre una matrona o partera describe que estas son profesionales de la salud con formación clínica, capacitada para atender partos, controlar el embarazo y manejar situaciones médicas.

En cambio, la doula no realiza tareas clínicas; su rol es ofrecer acompañamiento emocional, físico e informativo a la mujer y su familia. Ambas figuras se complementan: mientras la matrona cuida la salud, la doula cuida la experiencia.

“Mi papel es sostener, calmar, recordar que su cuerpo sabe, que puede confiar en él. A veces eso significa respirar juntas, ofrecer un masaje, ayudar con una posición que alivie el dolor, o simplemente quedarme en silencio, respetando el momento”, apunta Hidaka.

También puede ayudar a que se sienta escuchada y segura, sirviendo como puente con el equipo médico si hace falta. No realiza intervenciones clínicas, su presencia está pensada para cuidar la experiencia, para que se sienta acompañada, respetada y conectada consigo misma.

En qué etapa

Sobre la pregunta de a partir de qué trimestre de embarazo se debe considerar buscar los servicios de una doula, asegura que sugeriría comenzar a investigar a finales del primer trimestre (semanas 10~12) para conocer las opciones e identificar a la doula con la que la madre se sienta más cómoda, y ya en el segundo trimestre, a partir de la semana 13-14 poder iniciar el trabajo conjunto. Leiko, quien posee un máster propio en Enfermería Obstétrica, sostuvo que el papel de las doulas está ganando reconocimiento, aunque su presencia no es ampliamente conocida ni solicitada por la mayoría de las embarazadas, pero cada año hay más madres interesadas.

Apoyo prenatal

Leiko es doula de nacimiento, desde el 2016 ha trabajado con más de 400 familias brindándoles apoyo prenatal o acompañamiento en la llegada de sus bebés, de las cuales ha estado presente en cerca de 200 nacimientos.

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Erika Rodríguez

Periodista, ganadora del Premio Nacional de Periodismo Turístico Epifanio Lantigua en la categoría Gastronomía y Turismo.

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