Las confesiones que puede hacer un diplomático, sin medir los efectos mediáticos de sus palabras, son interesantes. Y hasta pueden combinar una de cal y otra de arena, o en su defecto: una de judío y otra de haitiano, según gustos y memorias.
Las confirmaciones en el Congreso norteamericano, a veces, se hacen a puertas cerradas, pero cuando interesa la filtración, se pueden hacer públicas y además, transmitirse por canales de televisión especializados.
Obviamente, si la persona interrogada no es muy experta o experto en la materia, se pueden cometer indiscreciones que pudieran predisponer, en el destino elegido, a quienes tienen puntos de vistas diferentes.
En diplomacia también, una sonrisa sincera, es un puente para confrontar verdades que mienten, in situs…
Para el caso que nos ocupa, las lecturas pueden ser multívocas, es decir de muchas formas.
Primero lo primero.
El nacionalismo ultra dominicano, había visto en Hillary Clinton un gran peligro en caso de haber ganado la presidencia de los Estados Unidos de América. Se pensaba, hasta las declaraciones conocidas el 8 de marzo, que con el Presidente Trump la soberanía estaba asegurada, por la sencilla razón de que el entonces candidato republicano, reclamaba un largo muro de guacamoles mexicanos, en la extendida frontera de la discordia.
Los Clinton eran un peligro además, por temas de inversiones y los rumores persistentes de una famosa mina de oro binacional y el interés de aquella familia de la aristocracia política del “pantano“ de Washington.
Pues bien, el gobierno está avisado y le ha avisado desde una vista del Congreso norteamericano, para confirmar, según protocolo cameral de aquella nación, la nueva embajadora de los Estados Unidos de América, en la República Dominicana.
¿Ha sido un desliz la declaración sobre la famosa sentencia TC/0168/13?
¿Es posible con placet o sin el hacer esa declaración en alusión directa a un gobierno que aún debe recibir credenciales de la distinguida dama que seguro será confirmada por el Congreso de su país al momento de escribirse este texto?
La extrema sinceridad, no deja dudas, por un lado y lo impropio diplomático, cabe también…
¿Traición de la actual administración al ultranacionalismo dominicano?
Ella es inteligente y papeles definidos vienen en un desk especializado.
Dudas quedan sobre el carácter sensible y directo de semejante declaración, cargada de etnicidad entre polo de sufrimiento judaico en el tiempo, asemejado con intención o sin ella con el tema haitiano, que por cierto para que la labor sea más efectiva, no estaría demás que inicie sus tareas en los propios Estados Unidos: los inmigrantes haitianos tienen suspendidos el llamado status de protección temporal, conocido por sus siglas en inglés como TPS.
Esas declaraciones tan firmes, bien intencionadas, piden coherencia, desde casa…
Se verán situaciones interesantes y algunos de buena fe, sin paranoias imperiales de fusión insular, podrían pensar que una impericia diplomática en estas declaraciones deberían tomarse en cuenta, otros pensarán que es un plan o un golpe bajo de la administración Trump, golpe que no se esperaba, por las razones de muros y fronteras limpias, ya aludidas.
La mejor norma de hospitalidad diplomática debe saludar a la designada en camino: Bienvenida embajadora Bernstein, venga a vivir con nosotros otro punto de vista…(CFE)