Las probabilidades de que un atleta mantenga como estelar de cualquier posición durante más de una década en las mejores ligas del mundo en cualquier deporte, es casi imposible, sin importar que sea poseedor de condiciones excepcionales.
Se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran, los que han logrado esa hazaña .
Por eso que creo que fue un error del jardinero dominicano Juan Soto, no aceptar el contrato que por 15 años y 350 millones de dólares, le propuso su equipo , los Nacionales de Washington.
El mundo da muchas vueltas para despreciar olímpicamente esa suma astronómica, pensando que más adelante puede obtener otra más elevada.
Soto está muy bien asesorado por el que hasta ahora, Scott Boras, se considera el agente de peloteros más exitoso en la historia del béisbol de Grandes Ligas.
Sin embargo, no siempre se tiene una varita para medir con precisión los tantos imponderables que se puedan presentar en la carrera de un atleta que está en ación todos los días.
Ojalá que la decisión que adoptó Juan Soto haya sido la mejor, porque todos queremos que obtenga el mayor beneficio económico, y más, después de tanta brega, como el mismo admitió recientemente, para alcanzar la actual posición de estelaridad.
Solo queda desearle mucha pero mucha suerte para que alcance los objetivos que él entiende merece como jugador estrella.