El resultado del juego del viernes en el Quisqueya se llevó consigo una decisión de los árbitros que traería serias controversias.
En el juego de Águilas y Escogido el bateador Dalton Pompey dio un rodado por tercera que pasó por dentro claramente.
El árbitro Vladimir Mojica, inició la mecánica para decretar el batazo foul (brazos arriba), pero sobre la marcha reaccionó y apuntó al terreno en señal de que la bola había pasado por dentro. Un error humano.
Pompey dio la vuelta al cuadro apuntándose un “jonrón de piernas” (cree él, diría Max Reynoso), pero rápidamente vino la protesta de las Águilas alegando que se había decretado foul.
La junta de árbitros determinó que Pompey tenía que volver a batear, terminó ponchándose y expulsado, lo mismo que el dirigente Luis Rojas.
Desde mi óptica hubo irresponsabilidad del árbitro de home, el importado Jeremy Riggs, quien tenía el mejor ángulo para observar la jugada y además decretó safe a Pompey en home cuando se debió detener la jugada antes. Se sancionó al único que hizo las cosas bien, justamente Pompey.
Suerte para la pelota que el Escogido ganó, porque un resultado adverso, sobre todo en un juego cerrado, hubiese provocado reacciones inimaginables, dentro y fuera del terreno. ¡Apunten esa entre las insólitas!