Cuando decimos “una de cal y otra de arena” no se ha determinado todavía cuál es la buena y cuál es la mala. Para mí, la buena es la de arena y la mala la de cal.
Partiendo de ahí, le tiro una palada de arena a la vilipendiada Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet), que me sorprendió gratamente anteanoche, cuando uno de sus agentes detuvo mi vehículo, no para ponerme una multa sino para entregarme, con sonrisa y todo, un volante contentivo de una exhortación para usar el cinturón de seguridad.
La repartidera de miles de volantes como ese, según me enteré más tarde, era parte de las actividades correspondientes a la celebración de la Semana de la Seguridad Vial, una iniciativa digna de encomio.
De fácil lectura, el volante contiene además interesantes consejos para la prevención de accidentes y el salvamento de vidas.
Yo soy uno de los que echan chispas contra los agentes de la Amet cuando enfrentamos un tapón inexplicable… pero hay que reconocer que su trabajo es duro y requiere mucha concentración. Vaya para ellos mi sincero reconocimiento.