Una coyuntura jamás vista

Las pérdidas económicas producto del Covid-19 se proyectan como las más espectaculares en toda la historia, algo que jamás se previó y que podría tener repercusiones durante muchos años, a pesar de que, como espectáculo de masas, también tiene la facilidad de recuperación con mucha rapidez.

El golpe ha sido espectacular, un verdadero nocaut al estilo Mike Tyson en sus mejores tiempos, un golpe sin posibilidades de recuperación por mucho tiempo.

Si sumamos los números que hasta el momento han reportado las ligas profesionales y las amateurs habría que recurrir a un excelente profesional de la contabilidad, calculadora en manos, para determinar las pérdidas.

Si a ello se agrega la casi segura suspensión de las olimpíadas Tokio 2020, entonces estamos ante un verdadero desastre humanitario, dado que millones dependen, como trabajadores directos e indirectos, de esta actividad.

Además, el mundo está alarmado, con un temor nunca antes observado, y el mejor ejemplo es que los dominicanos, supuestamente dados a no tomar las cosas con calma, están como nunca, pendientes a su desarrollo.

Ojalá que la situación no empeore porque, de ocurrir, sencillamente estaríamos ante una situación muy pero muy delicada, donde nadie, absolutamente nadie, estará en condiciones de salir airoso.

Los pueblos en sus peores crisis, siempre han tenido el deporte como una expedita vía de escape, pero cuando esa actividad también está afectada hasta los tuétanos, hay que colegir que la coyuntura es de suma gravedad.

Habrá que pedir la protección divina porque hasta ahora la ciencia no ha tenido tiempo de producir un arma que dé el golpe mortal.