Yo, que soy un soñador, un optimista empedernido, confieso que en ocasiones me siento indignado, y hasta desalentado, al ver como un puñado de políticos corruptos se burla del país.
Me asquea ver cómo la cúpula de un partido –donde pululan los Camacho con fortunas que no pueden justificar- se burla de la sociedad, y se blinda contra la Justicia a fin de garantizarse impunidad.
Y lo que es peor, esa misma camarilla que en casi 20 años de gobierno no ha sido capaz de resolver ni uno solo de los problemas de este país, dígase servicio de agua potable, salud, electricidad todo el día, transporte, cartera de empleos, educación y seguridad ciudadana, pretende perpetuarse en el poder sin miramiento, para alcanzar su objetivo.
El trabajo mejor remunerado que ha tenido en su vida la mayoría de los miembros del Comité Central del PLD ha sido el de empleado público, algunos han sido o son legisladores, o alcaldes, y sin embargo, cual si fueran todos Camacho, hablan de millones como si fueran exitosos jugadores de Grandes Ligas o narcotraficantes. No importa si se trata de danilistas o leonelistas, pues como diría Chiche: “están to´ en eso”.
De ahí su angurria de poder, “su necesidad” de perpetuarse en el Gobierno. Ellos representan un grave peligro para la democracia dominicana.
Por eso valoro el esfuerzo que han hecho buenos dominicanos, personalidades de la sociedad civil, grupos y partidos que poniendo de lado sus diferencias políticas e ideológicas anunciaron el domingo en la biblioteca Pedro Mir de la UASD la Coalición Democrática por la Regeneración Nacional.
La Coalición Democrática surge porque la democracia dominicana ha sido secuestrada y por eso tiene como prioridad hacer las reformas políticas e institucionales para restablecer la democracia y la independencia de los poderes del Estado, Suprema Corte, Cámara de Cuentas, órganos electorales, defensoría del pueblo y las superintendencias.
Asimismo, plantea declarar la guerra total a la corrupción y la impunidad, reducir la delincuencia, implementar una efectiva política migratoria, fortalecer la descentralización y el carácter subsidiario de los ayuntamientos.
En lo económico y social se propone concertar ya los pactos fiscal y eléctrico, rescatar la salubridad pública con mayor inversión y metas a corto y largo plazo, mejorar la calidad de la educación.
Potenciar un modelo de crecimiento que potencie a los sectores productivos, afrontar el caos y el elevado costo del transporte y reducir la pobreza.
Me parecen metas razonables, necesarias, urgentes. No hay excusas para no asumirlas.
La sociedad civil, la oposición política, todo empresario, trabajador, desempleado, estudiante, profesional que aspire a que el país enderece el rumbo, tiene el deber de dar un paso al frente y unirse en torno a los objetivos que plantea la Coalición Democrática.
Llegó el momento en que los partidos de oposición, comenzando por el PRM, Frente Amplio, Alianza País, Opción Democrática, PRSC y PRSD escuchen el llamado a la unidad que hizo una dama que intervino en la asamblea. Ella dijo: “O nos unimos o nos hundimos”.