Una carta histórica

Una carta histórica

Una carta histórica

Rafael Molina Morillo, director de El Día

El 28 de mayo de 1986, paralelamente con la entrega del análisis sobre las elecciones presidenciales que he venido publicando en los últimos días, el renombrado consultor político Joe Napolitan dirigió al candidato perdedor Jacobo Majluta la carta que reproduzco a continuación, de la cual me tocó ser el mensajero que la llevó a su destino:

“Caro Jacobo: No puedes imaginarte lo mucho que me dolió el saber que habías concedido la victoria a Balaguer. El resultado de esta elección ha sido un duro golpe para mí.

“De todos los candidatos para los que he trabajado durante los casi 30 años que llevo dedicado a esto, tú eres con el que más he simpatizado y quien, en mi opinión, más se merecía la victoria.

Toda la gente que conozco piensa lo mismo. Tú te convertiste en el favorito de todos nosotros y yo pienso que de alguna manera te fallamos.

“Ahora puedo decirte que yo empecé a tener graves dudas sobre el resultado cuando llegué a tu oficina la noche de las elecciones y supe que los primeros resultados te daban una ventaja de 40 a 35.

Aunque en ese momento yo te dije que estaba seguro de que tú serías el ganador, en mi interior pensé que las cosas iban mal pero ya no podíamos hacer nada, sólo rezar y esperar.

“Me contrarió mucho que no se hiciera un nuevo conteo de los votos, papeleta por papeleta, y que no pudiéramos recusar los votos anulados. Retrospectivamente, nosotros deberíamos habernos opuesto firmemente a la decisión de la Junta de anular las papeletas de los votantes que habían marcado el mismo candidato más de una vez.

Obviamente la intención de estas personas era votar por ese candidato y sus votos se deberían haber contado.

“También es bastante obvio, por lo menos esta es mi impresión, que Jorge Blanco y Peña Gómez hicieron todo lo posible por evitar que tú ganaras. Yo siempre había mantenido que a Peña no le convenía que tú ganaras.

Si tú ganabas y tu gobierno era bueno, tú serías el candidato del PRD en 1990. Si tu gobierno no lograba resolver los problemas del país, entonces ningún candidato del PRD podría ganar en 1990. Peña necesitaba que Balaguer ganase para él tener la oportunidad de ganar la nominación del PRD en 1990 y Peña es bastante inteligente y de seguro que llegó a esta conclusión.

“Toda tu gente trabajó muy duro. Yo hubiera hecho algunas cosas de otra manera, pero ya todo eso quedó atrás. La próxima vez recordaremos bien la lección aprendida.

“Eres un hombre joven y yo espero que sigas dedicado a la política. Yo no creo que Balaguer pueda tener una gestión exitosa o que pueda resolver los problemas. Después de todo, en esta elección el que perdió fue el pueblo dominicano.

“Espero que empieces a hacer planes pronto para tu candidatura en 1990. Yo pienso retirarme de las campañas después de las elecciones de 1988 pero te prometo esto: si tú te postulas en 1990 y deseas mi ayuda, podrás contar conmigo.

Debes sentirte orgulloso: tu campaña fue una campaña decente, honorable y honesta y tú te comportaste como todo un caballero. Hubiera sido fácil hacer una campaña negativa y sucia contra Balaguer y Bosch pero tú resististe esa tentación, aunque esto probablemente te habría garantizado el triunfo. Yo admiro esta calidad y estos principios.

“Todos te apreciamos mucho y yo estoy seguro de que, un día, tú serás Presidente de la República Dominicana — ¡y muy buen Presidente que serás!
“Un afectuoso saludo,
Joseph Napolitan”.

 

 



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