Nils Christie (Oslo, 1928-2015) fue un sociólogo y criminólogo noruego extraordinario. Profesor de criminología en la Facultad de Derecho en las universidades de Oslo, Copenhague.
Merecedor de los premios `Fridtjof Nansen Award for outstanding research, historical-philosophical class` (2001), Premio Fritt Ord (2001) y el Premio de La Asociación Noruega de Sociología (2005).
Christie es conocido por sus continuas críticas hacia la prohibición de drogas, sociedad industrial, y prisiones. Fue abolicionista del Derecho penal (usaba su casa aprovechando muchas discusiones con Henner Hess, Sebastián Sheerer y Heinz Steinen, en Frankfurt; Louk Hulsman, de Rotterdam).
Fue uno de los primeros criminólogos a quienes les oí pregonar que el crimen no existe. Es decir, ¿qué clase de fenómeno es éste? Existen actos deplorables, pero, “¿existe el delito?”, “¿qué queremos decir cuando afirmamos esto?”, “¿bajo qué condiciones lo decimos?”.
Para poner en contexto al lector es necesario, es conveniente, interpretar a un Nils que ha realizado una investigación sobre los guardias en los campos de concentración, quienes por sus propios actos (en el tiempo en que ocurrieron), fueron sentenciados por tortura y homicidio; un estudio sobre gente condenada a años de trabajo forzado debido a repetidos episodios de fuerte estado de ebriedad en la vía pública; el consumo de drogas, que persigue a los vendedores de drogas, pero que terminan castigando a los consumidores; y, finalmente, el tamaño de la población carcelaria que frecuentemente es visto como un reflejo del nivel de criminalidad en un país.
Estoy a favor de que el delito no existe como una entidad estable, y que debe ser adaptable a cualquier tipo de propósito de control.
Por eso, la obra en general de Nils, allana el camino para la discusión sobre cuánto es una sensata cantidad de delito. Él dice: “el delito puede ser tantas cosas y, al mismo tiempo, ninguna. El concepto de delito es de libre uso.
El desafío es entender su utilización dentro de varios sistemas, y a través de este entendimiento ser capaces de evaluar su uso y sus usuarios”.
`Una cantidad sensata de delitos`, el libro sensacional de Christie Nils, publicado originalmente en Londres, y traducido al español por Cecilia Espeleta y Juan Iosa, Editorial Del Puerto, Buenos Aires, 2004, comprende un radical análisis de la reducción de la justicia penal, debido al aumento de la industria del control de la criminalidad.
La realidad de los actos que no nos gustan, o sea, lo que llamamos el crimen, incluso al nivel de República Dominicana, no debe cerrar cualquier otra alternativa conceptual contingente que logre explicar un supuesto “comportamiento desviado”.
A raíz de hechos de sangre muy traumáticos, y tomando en cuenta la enorme cantidad de delitos cometidos hoy en día, debemos aprender a valorar el fenómeno delictivo con un pensamiento menos nocivo y tratar de reducir la violencia, no sólo la reducida a crimen. Son conceptos muy diferentes entre sí.
Según Nils, esto puede ser una gran falacia, “porque la violencia es mucho más que eso; la exclusión social también es violencia”. Agradezcámosle, que su obra nos trae nuevas ideas para la lucha contra la industria del control del crimen que, en realidad, no controla nada.