Una boda en Chiapas sin recepción, luna de miel y por la mañana
Él iba de charro; ella vistió un ajuar bordado por mujeres indígenas. Tras tres años de noviazgo, y un torrente de rumores, expectación e informaciones contradictorias, la boda del año en México se ha consumado.
El novio es Manuel Velasco, de 35 años y es gobernador de Chiapas, donde siete de cada 10 habitantes son pobres. La novia, la actriz y cantante Anahí, de 31 años y una de las celebridades más populares de América Latina.
Se casaron en la catedral de San Cristóbal de las Casas, una construcción novohispana situada en un pueblo emblemático para el movimiento zapatista, a primera hora de la mañana.
Velasco había anunciado ya, después de que se filtraran algunos de los preparativos que anunciaban un lujoso banquete para el 11 de abril, que su boda sería sencilla para «enviar un mensaje de austeridad».
El gobernador dijo que no habría recepción ni luna de miel. Solo invitaron a sus familiares y a las bordadoras del vestido de la novia, artesanas de pueblos chiapanecos vestidas con trajes populares. Salieron de la ceremonia, se rodearon de mujeres indígenas, y posaron para la foto.
Su vestido fue diseñado por Benito Santos, uno de los modistas predilectos de varias celebridades mexicanas, entre ellas la exactriz Angelica Rivera, la esposa del presidente mexicano Enrique Peña Nieto.
El vestido, por idea de la novia, fue bordado por mujeres chiapanecas, las mismas que fueron invitadas al discreto enlace y las mismas con quienes posaron al concluir la boda.
Muchas de las artesanas son de Zinacatán, un pueblo que tiene un índice casi absoluto de pobreza: el 94,9% según datos oficiales de 2010.
Fuente: El país
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